Luego de rodear la tierra,
Y caer rendido en una roca,
Extendí el pensamiento,
Y libere con discernimiento,
La carga eterna del sufrir,
Más pesada que diez cruces,
Y el doble aun en crucifixiones.
Es cuando la muerte indómita se acerca,
Y se empieza a dibujar,
Miles de querellas en un solo dolor,
muchas perdiciones de un solo color.
Un recuerdo extraviado.
En las riendas de un rayo,
Y mil encuentros al amanecer,
Pintan el paisaje de mi comienzo,
Llenas de cerbatana y un lienzo,
Que adorna tu cabellera liza,
Negra y con rayos de sol opaco.
Me acerco sin temer,
Imposible amor.
De esperanza eterna,
Sabrás que te quiero cuando te mire de reojos,
Cuando mi último suspiro sea tu respiro,
Y cuando digas mi nombre,
Resucitare de una vez,
Y no de mil.
Martin Gala.
1 comentario:
Vengo a dejarte mi saludito, me gustó este poema.
Espero tu visita.
Besos***
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