jueves, 18 de octubre de 2012

CATASTROFIA



City,  incendiada de día,
las prostitutas danzan alrededor del fogaton
en un aquelarre siniestro.

El loco de la esquina
goza la merienda con los perros
y los políticos se arrancan la piel
en un afán orgásmico.

Los edificios, altos,
mas altos,
tocan a Dios.
Y la materia cae
para romper los huesos de los santos del vaticano.

Catastrofia, City en llamas,
tus calles riman entre charcos de arrogancia
y los evangélicos se hunden los ojos
cantando himnos de alabanza al caos.

Las risas macabras del papa negro
se escucha en los pasadizos,
mientras viola la inocencia de la noche.

Arde, City arde, en la catastrófica razón
de mis pasiones,
vuélvete ceniza, sella tu cruz en mi frente
y maldice al errante que te incendia.

Martin Gala